El ratón es uno de los dispositivos que más ha cambiado la forma de trabajar con ordenadores en los últimos años. Este invento comenzó a extenderse a partir de la aparición de los sistemas operativos con entornos gráficos.
Operaciones básicas con el ratón
Si existe un ratón instalado en el equipo, aparece en la pantalla un elemento móvil, normalmente en forma de flecha, llamado puntero. Cuando desplazamos el ratón sobre una mesa o sobre una alfombrilla, el puntero se desplaza. Además, la forma del puntero puede variar en función del elemento sobre el que se sitúa: puede convertirse en un reloj si el ordenador está realizando alguna operación y debemos esperar a que acabe, puede convertirse en una mano para mover algún elemento, etc.
Los ratones disponen de uno, dos o incluso tres botones que permiten realizar diferentes operaciones:
- Hacer clic. Consiste en pulsar uno de los botones del ratón. Se utiliza para seleccionar un archivo sobre la pantalla, para elegir el punto de inserción del texto, para indicarle al ordenador que comience o finalice una acción, etc.
- Hacer doble clic. Consiste en pulsar dos veces seguidas un botón del ratón. Se usa generalmente para lanzar una aplicación, para abrir un archivo y comenzar a trabajar con él, etc.
- Arrastrar. Significa seleccionar un elemento, pulsar el botón del ratón y, sin soltar el botón, desplazar el puntero hasta otro lugar de la pantalla. La acción se completa al soltar el botón tras el arrastre. Esta acción se utiliza, por ejemplo, para mover un archivo, un trozo de texto, etc., de un lado de la pantalla a otro.
En los ratones con dos botones, al hacer clic con el botón derecho aparecen en la pantalla una serie de opciones para elegir. Por ejemplo, si seleccionamos un archivo y pulsamos el botón derecho, aparecerá una lista con opciones para copiar el archivo, para eliminarlo, para moverlo, etc.
¿Cómo funciona un ratón?
La forma de funcionamiento de un ratón depende del tipo del mismo; no es igual para todos los modelos de ratones.
- En el ratón tradicional, conocido como ratón de bola, existe una bola rodante que se desliza sobre una alfombrilla. Al girar la bola, rotan unos rodillos internos. Tras un proceso bastante simple, un chip transforma las señales recibidas en órdenes que se envían hacia la placa base.
Pero la bola y el hueco en el que se aloja se ensucian, por lo que es necesario limpiar el ratón periódicamente para conseguir un movimiento fluido del puntero sobre la pantalla.
- Existen otros ratones, llamados ópticos, que no tienen bola, sino que disponen de una minicámara que toma miles de imágenes por segundo, luego se comparan las imágenes sucesivas y se «anotan» las diferencias, que se interpretan como cambios en la posición del ratón. Los ratones ópticos no necesitan alfombrilla.
Una de las ventajas de los ratones ópticos es que no necesitan limpieza: el puntero siempre se deslizará sin problemas ni saltos sobre la pantalla.
Configuración del ratón
Para manejar un ratón basta con arrastrarlo sobre la mesa y pulsar un botón. Pero un ratón también se puede configurar para facilitar la labor del usuario. Así, los nuevos usuarios suelen tener dificultad para hacer doble clic y abrir documentos, ejecutar aplicaciones, etc. Por ello, los sistemas operativos incluyen una opción para controlar la velocidad necesaria para el doble clic. De esta manera, un usuario novato podrá abrir documentos con facilidad aunque exista «demasiado» retardo entre el primer clic y el segundo.
Otras posibilidades: intercambiar la función de los dos botones para adaptarlos a usuarios zurdos o diestros, o variar la velocidad a la que el puntero se desliza sobre la pantalla.
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